Literatura, anarquismo con corbata, música, política, nostalgia del futuro, sexo, recetas de cocina, fantasía, mascotas, ciencia ficción, sueños secos y orozú.
31 marzo, 2011
Inicio de novela
El acuerdo para la cobertura informativa de la violencia
En fechas recientes, se anunció casi casi como la Panacea Informativa el hecho de que 750 medios signaran el Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia en el marco de la Iniciativa México (que en realidad es un reality show, estofado de demagogia, populismo y malas intenciones). Las críticas no se hicieron esperar, y éstas fueron respondidas oportunamente por los periodistas orgánicos de siempre (Carlos Marín, Jorge Fernández Menéndez y el playboy de Noticieros Televisa: Carlos Loret de Mola). Para los que no conozcan el acuerdo, píquenle AQUÍ, para que no digan que nuestro sagrado blog no es imparcial, veraz y oportuno.
Existen muchas nebulosas alrededor del documento en cuestión, aun cuando les demos el beneficio de la duda, resulta contradictorio desde su origen. Por ejemplo, el punto 1 de los criterios editoriales del acuerdo dice a la letra: “Evitar el lenguaje y la terminología empleados por los delincuentes”. Pero en el punto tres del apartado Punto de Partida, menciona: “no dejar que el terror vaya cancelando plazas informativas”. Textual. Todo mundo sabe que dentro del slang del narcotraficante, una plaza es un territorio conquistado por determinado capo, ¿a qué están jugando?, ¿a erigirse como el cártel de “los buenos medios”?
La idea maniquea de que lo que estamos viviendo es un Western del sheriff y sus muchachos contra los delincuentes malos, egoístas, asesinos, hijos de puta, bla, bla, bla; tiene al menos una intención política detrás: apuntalar la guerra de Felipe Calderón ad nauseum, omitiendo el hecho de que el combate por medio de la “violencia legítima”, también ha dejado una larga estela de huérfanos, viudas, odio e inocentes asesinados por el Ejército y la Marina. Dirán los puristas que los daños colaterales son mínimos, pero no lo son si consideramos que probablemente esos delincuentes, por muy delincuentes que sean, tenían familias y pertenecían a ciertos estratos económicos de la población. Hasta el momento, no hay un cuestionamiento de fondo al por qué ciertos segmentos de la sociedad consumen drogas.
En el punto cuatro, se afirma lo siguiente: “La responsabilidad del combate a la delincuencia organizada recae en los órganos de los tres niveles de gobierno del Estado mexicano. Puede y debe debatirse si la forma en que el gobierno ha decidido combatir al crimen organizado es la adecuada. Pero ese debate tiene que partir del reconocimiento de la obligación constitucional que tiene el gobierno de cumplir y hacer cumplir la ley”. Es decir, el documento admite que se puede estar de acuerdo o no con la forma en que se está combatiendo a la delincuencia, pero que es una obligación constitucional y ahí no hay vuelta de hoja. Entonces, ¿dónde quedó el debate?, ¿quién decide dónde comienza el debate y dónde acaba?, ¿un grupo de medios que se erigieron como Policías de la Verdad y que no dan pie a cuestionar el germen mismo del acuerdo? Tramposo argumento que lo único que deja claro es que el combate al narcotráfico no puede realizarse de otra forma y los que no pensamos así seguramente estamos con los delincuentes que no quieren que México avance. Por favor, no sean cínicos, señores vástagos del monopolio de la información.
Me gustaría seguir derribando punto por punto los tabúes de dicho acuerdo, pero esto es un blog, no una novela así que lo haré en otra ocasión. Por lo pronto, sólo quiero hacer hincapié en que el punto 8 y 9 de dicho acuerdo son excluyentes, ya que al ser un acuerdo entre medios (los más poderosos) deja fuera al resto de los comunicadores que no se alinearon con sus criterios editoriales. Sin ir más lejos, el reciente asesinato del hijo del poeta y periodista crítico Javier Sicilia no generó una reacción en las líneas editoriales de los medios que signaron el acuerdo, ni siquiera por parte de esos columnistas que se erigen como paladines de la libertad de expresión (Ciro Gómez Leyva y compañía). ¿De qué se trata?, ¿de diferenciar al periodismo bueno del periodismo manipulado por fuerzas oscuras de la izquierda (Castro, Chávez o cualquier otro ente malévolo que se les ocurra)? Finalmente huelga decir que los auténticos medios críticos no signaron el acuerdo envenenado, que además perversamente enfatiza que quiere proteger a los menores, a las víctimas y no prejuzgar culpables. Si no busca prejuzgar culpables, ¿por qué se convierten en el Ministerio de la Verdad? ¿Por qué entonces está en contra del crimen organizado así en abstracto? ¿para poder ponerle la etiqueta de delincuente a los que el gobierno les diga, sin poner en entredicho su metodología, ni las razones por las cuales llegaron a esa conclusión? Que la PGR, el CISEN o la Policía Federal sean los que prejuzguen culpables y les pasen luego el boletín. Oigan qué comodinos, yo quiero una chamba como la suya.
29 marzo, 2011
Pelotón de fusilamiento
Domingo, nichiyoubi, sunday
Mrs. Hyde
28 marzo, 2011
Epitafio para un corazombi (PARTE 1)
I
Siento un derrumbe
inaudito de reminiscencias estacionarias.
Un tiempo taladrado por mefistos voyeristas.
Siento que lloro por las líneas de la mano;
que elucubran mi destino cuatro enfermeras
sentadas frente a una partitura apócrifa,
escrita por un dios primigenio que me odia tanto
como yo a él.
II
Tu presencia
desquicia las brújulas de mi aeronave.
Es un martillo invisible
en el embalaje de la lluvia.
Aquí no hay más que naguales de azotea,
seres idénticos ocultos en la joroba
de Ciudad Frankenstein.
III
Estratosféricos abismos tiñen de colores mi corazombi patizambo.
El reloj perorata sus murmuraciones de trasgo.
Estigmas crípticos cubren tus piernas de aguanieve
mientras la ciudad se coloca su corona de electrodos
ante una noche mal alimentada
y una luna que se estaciona en doble fila.
Una mano huesuda dirige una orquesta de automóviles siderales
y una langosta litúrgica encabeza las exequias del poeta que fui y ya no soy.
IV
Dípteras chimeneas
están humeando
en este paisaje intravenoso.
Entre tú y yo,
un arlequín acuclillado guarda
secretos momificados.
V
Liberen a los escaratrobos,
Plañideros beethovenes lo claman;
elefantezcos motzares escriben sus óperas.
Verbolitos escarban ya en sus patios para plantar jazmines espiroplásticos.
Acuciosos venenamentos parlosiniestros.
Libérenlos:
sus esposas ciberlúbricas los esperan en casa.
VI
Todo es cuestión de atar las horcas
En la estacionaria quilla
donde las monstruosas manos
de mi niño interior fueron cortadas.
Sólo tenemos que seguir el rastro
de manchas amarillentas
para llegar al fondo del corazombi
y escupir ahí
nuestros blancos gargajos
hinchados de desprecio.
VII
Estoy cataléptico
entre poetrapos,
en el hipocampo vectorial
de la hipotermia;
en la herética pléyade tumorosa;
en la mandrágora tropósfera que
ancla sus hechicerías
bajo los bancos de arena de mis párpados.
Minuto 75
Fotos del concierto de Röyksopp en Six Flags
27 marzo, 2011
Röyksopp en Six Flags, la pura buena onda
Estaba en mi casa haciendo el mandado, todavía indeciso en si ir o no al concierto de Röyksopp, un dueto noruego medio fresón (para que vean que no todos los grupos de allá queman iglesias y le rezan al Señor de las Tinieblas), pero con buen punch, bailable y cuyos videos pasaron de noche en los años perennes del milenio dos (menos el de Poor Leno, el video del osito polar que todo mundo recuerda). En esta ocasión además vendrían con Anelli Drecker, la vocalista de Bel Canto (que aunque ya está señora todavía sigue siendo la mamá putativa de Dolores O'Riordan), otro de mis amores platónicos.
Después de comprar el último kilo de jitomates, seguí esperando la llamada de la chica de Twitter que me iba a vender los boletos (lo que nunca pasó). A eso de las 5 decidí lanzarme a la aventura a ver qué salía, tenía el plan maquiavélico de asaltar a un revendedor o a unos hijos de papi o ya de plano internarme en el cerro del Ajusco, cual guerrillero del Frente Sandinista para colarme sin pagar.
Por suerte todavía alcancé boleto hasta en la zona preferente, lo cual estuvo genial porque alcancé lugar en la valla sagrada que está antes del escenario (lugar codiciado por los adictos a los conciertos). Al principio me sentí un poco fuera de lugar entre tanta gente bonita y con varo, hasta pensé que me iban a correr por no tener iPhone, pero después de la primera media hora me mimeticé entre la generación touch.
Aprovecho este espacio para quejarme de la pinche desorganización: ouch. Y es que se supone que el concierto comenzaba a las 9 y a las 10 y cacho apenas empezaron a tocar los teloneros: Timothy Brownie, que sorprendieron a más de la mitad del público porque los confundieron con Röyksopp (cosa que me dio mucha risa. Moraleja: si vas a un concierto al menos tómate la molestia de googlear a la banda que vas a ver; digo, sentido común mis chavos). No tocaban mal, pero sonaban a esas bandas que tocan en programas nocturnos de revista musical cada vez que se van a comerciales.
Por ahí de las 11 y algo, Brundtland, Berge y demás banda salieron al escenario con una energía próxima a la emitida por Daft Punk (pero tampoco exageremos). Y la fauna nocturna que se reunió esa noche en el teatro chino del otrora Reino Aventura estalló como si hubieran estado esperando ese instante desde que sacaron su primer disco (pero la neta es que ya les había hecho efecto la cerveza de 60 pesos).
Yo y la chavita que estaba a lado de mí veníamos solos, cada quien en su planeta, pero totalmente energizados en el momento en que empezaron a tocar Remind me. La neta qué buena rola. El repertorio de Röyksopp es muy heterogéneo, como se pueden soltar con una baladita tipo Pimpinela, pero con sintetizadores, pueden saltar a una pieza más dance como The girl and the robot.
Poor Leno, What else is there? y Only this moment; según mi muy esquizofrénico punto de vista, fue lo mejor del concierto. Sólo ese momento y después la noche nos tragó a todos, y colorín, colorado, pinche microbusero nos bajó en la parada del Metrobús Perisur, que a esa hora ya estaba cerrada.
PD: Una disculpa para la chica que estaba atrás de mí, a quien le di un codazo por la euforia del momento.
Röyksopp - Only This Moment from Tucker Monticelli on Vimeo.