20 abril, 2012

Breve ensayo sobre Nuevo Júpiter







Por Taddeus Sapolthah
undécimo grado
Media Einstein


Cuando en 2340 el hombre se estableció en Júpiter, ya había aquí todo lo necesario para su supervivencia: las plantas crecían con esplendor y los animales necesarios pululaban. Los animales clasificados como peligrosos se encuentran sólo en los zoológicos, y entre ellos podemos citar a la mosca (insecto) o a la rata (mamífero). La maestra Swalpich nos llevó una vez a ver la rara especie del tigre, felino mítico.
   Pero para que el ser humano pudiera habitar este hermoso planeta hubieron de pasar varias cosas. Primero, en 2099, el doctor Lars Floydd dijo que Júpiter podía ser habitable, ya que se encontraba en la etapa de "caldo productivo hidrocarbúrico", y que sólo con soltar "semillas de vida" (bacterias, animales unicelulares, hongos, algas azules) en un siglo el planeta sería habitable. Incluso la atmósfera sería perfecta, su espesor crearía un efecto de invernadero que mantendría a todos calientes a pesar de la lejanía del Sol. La gravedad se combatiría con el "gravetón", aparato muy complicado que mantiene a la superficie de Júpiter con la misma gravedad de la Tierra.
   Alentados por esto, en 2145 la Confederación Terrestre acordó poner en práctica el "Proyecto Floydd" (de esta manera se tendría otro planeta habitado después de las colonias en Marte), y a través de sondas artificiales se regó al planeta con las semillas de vida. Pero aquí los científicos se encontraron con que Júpiter tenía fauna propia. Unos seres muy diferentes a los hasta ahora conocidos (aparte de los Wluax, nuestra raza aliada del Sistema de Arturo, claro), compuestos de hidrógeno y helio, principalmente, que habitaban en las densas e interminables nubes del planeta.
   Antes de que las semillas destruyeran la vida original, los hombres de ciencia lograron clasificar a los seres que aquí existían de la siguiente manera:
    Heliotropos, compuestos casi en su totalidad de hidrógeno. Estos seres se alimentaban de depósitos de amoníaco que se encontraban "incrustados" en las nubes. Su forma era la de una hélice tridimensional de ocho a diez brazos, se movían en manadas de cien o más y se les considera inteligentes.
   Luego estaban los Alquilocarbónidos, que eran las especie más reciente y la única que tenían en su composición el elemento carbono. Tenían forma de esfera perfecta de color blanco. Se camuflaban fácilmente en las nubes bajas, que son blancas. Se alimentaban de oxígeno (que era escaso), se movían en grupos de cinco a quince y algunas teorías indican que tal vez tenían una estructura social elemental.
   Siguen lo Acuamonios, que eran anfibios y tenían forma de lanzadera o cono. Eran cafezuscos y vivían en solitario, se alimentaban de las concentraciones de electronio, elemento único en Júpiter, que es efímero y sólo existe cuando se junta mucha actividad eléctrica al borde del agua. Este elemento duraba (lamentablemente desde que hay vida terrestre aquí no se vuelve a formar) sólo unos minutos, los cuales eran aprovechados al máximo por los Acuamonios, que se abalanzaban sobre su alimento, el cual los nutría por varios días (jupiterinos).
   Superiores a todos ellos eran los Cazadores, seres indiscutiblemente inteligentes que se alimentaban de las especies arriba mencionadas. Tenían una forma aerodinámica de pirámide de cuatro lados; con su afilada punta rompían a sus víctimas, y una vez muertas éstas, succionaban sus nutrientes a través de una membrana que tenían en su base. Eran miméticos, solitarios, veloces y caníbales. La competencia entre ellos mismos ocasionaba que su número nunca fuera excesivo. Es muy famoso el holovideo que la sonda Hulwx III captó, en la que un Cazador ataca a un grupo de Heliotropos; tras una breve persecución en las rojas nubes, logra hacerse de dos víctimas, pero cuando se prepara para deglutirlos aparece otro Cazador y le disputa su trofeo. Los Cazadores luchan a muerte y el vencedor se alimenta de los Heliotropos y de su fenecido rival.
   Finalmente están los Exoneones, criaturas casi transparentes que eran numerosísimas y de tamaños y formas muy variables. Los Exoneones se alimentaban de argón e hidrógeno puro y su vida era muy breve. Los Cazadores no los atacaban porque su composición no los nutría, por lo tanto, proliferaban en cantidades exorbitantes. Se movían en enormes manadas de varios miles y al observador incauto le parecerían más bien una nube en movimiento.
   Todos estos seres se reproducían de la misma manera: dejaban un "comprimido" (equivalente al huevo en los ovíparos) de materia reposar en las nubes de helio, las cuales alimentaban al "comprimido" hasta que el nuevo ser nacía, ya con tamaño normal. Los Exoneones podían poner hasta quince "comprimidos" al día, mientras que los Cazadores, por ejemplo, sólo lo hacían dos veces al año.
   Otros científicos afirman la existencia de otros seres llamados Poligases, que eran transparentes en su totalidad y que se alimentaban de los "comprimidos" y de los cadáveres que los Cazadores dejaban. No se ha podido comprobar la existencia de los Poligases, pero eso explicaría el por qué no todos los "comprimidos" llegaban al estado adulto.
   Pero eso pasó hace mucho tiempo, y aunque ahora nos fascinen los seres de Júpiter, ellos ya están extintos y el hombre habita ahora este enorme planeta. Del 2145 hasta el 2270 duró la aclimatación de nuestro mundo. Los seres originarios murieron poco a poco en los primeros veinte años. En 2285 la primera colonia se estableció y de allí se expandió la Humanidad hasta conquistar todo el planeta. Como todos sabemos, en 2200 gran parte de la atmósfera se solidificó y cubrió el eterno mar original. Así, el 69% de la superficie de Júpiter es tierra. Esta extensión es diez veces mayor que la de la Tierra. En nuestro planeta cupieron todos los hombres que se hacinaban en el mundo originario y los que estaban hartos de vivir en las rotantes ciudades espaciales o las incómodas colonias en Marte. Aquí la naturaleza es generosa, el suelo rico en materiales pesados, el mar lleno de especies comestibles y animales y vegetales suficientes para alimentar a toda la Humanidad en los próximos mil años.
   Nosotros aquí en Media Einstein, nuestro alegre pueblo, hemos aprendido que el Hombre es inderrotable y que su destino es el de conquistar el Universo. Ningún otra especie nos podrá rivalizar. Por otro lado, no es nuestra culpa la casi destrucción de la Tierra. La guerra de 2305 entre los terrícolas y los jupiterinos (encabezados por los separatistas de la República de Nuevo Júpiter) logró nuestra independencia del mundo originario. Y la guerra de 2323, en la que la mitad de la Tierra quedó destruida por los bombardeos nuevojupiterinos, fue empezada por ellos, nosotros no tuvimos la culpa. Pero se firmaron los tratados Lhuna-Titán, con los que la Humanidad quedó unida para siempre, desde entonces no ha habido guerras internas, y nunca más las habrá.
   Hoy Júpiter es la fortaleza de la Humanidad, y será la base para la conquista del Universo. Porque como lo dijo nuestro gran líder Monh Khan: "el Destino del Hombre es ser el rey de todo el Cosmos". Y sus palabras son una profecía que las nuevas generaciones cumpliremos.


Calificación que obtuvo Taddeus: 8. La maestra Swalpich comentó: "buen trabajo, pero Taddeito se extendió demasiado en el área de los habitantes primigenios. Sé que es un tema que lo apasiona, pero debe de aprender que nuestra visión central es el Hombre y su Destino, y no los gaseosos seres que antes aquí existieron".

Sombrero hipster




La chica de al lado me inquieta.
¿Acaso el sombrero hípster de su amante lo salvará del apocalipsis?
Otra vez en mi agujero destilo ponzoña.
Necesito una chica así, para poseerla y luego darme cuenta que no era lo que buscaba.
Eso es encontrar.



15 abril, 2012

De anulaciones y otros mitos


Hermanos y hermanas, hoy todos somos hijos del desencanto moderno versión mexicana. Nada funciona bien en este país de las mil tranzas. Pasan los años y seguimos en crisis. Pasan gobiernos y todos resultan peores que los anteriores. Nadie cree ya en soluciones verdaderas ni en cambios que mejoren nuestro nivel de vida. Nadie cree ya en los políticos ni en sus promesas azucaradas. Estamos cansados, hartos y un poco mareados.
 

            ¿Por qué votar por alguno de los tres candidatos y medio que postula la partidocracia? Las opciones que tenemos los ciudadanos mexicanos son tan patéticas y dañinas que suena lógico abstenerse o anular para no convalidar el abyecto sistema que nos gobierna —se podría pensar—. De todas formas, decimos algunos, votes, anules o no votes es lo mismo: ellos deciden quién gana por las buenas o por las malas, si no queda el candidato que desean los dueños del país se recurre al fraude; así ocurrió en 1988 y de nuevo en 2006. ¿Para qué preocuparse entonces? Dediquemos nuestro tiempo al trabajo, la familia, la fiesta, qué sé yo, pero no lo perdamos escuchando las mentiras de los candidatos ni yendo a votar ese domingo.

            
            Sin embargo hay un hecho que es imposible refutar: lo que se decida en las próximas elecciones afectará los siguientes seis años de nuestras vidas. Aunque en el fondo no haya mucha diferencia entre Josefina Vázquez, Enrique Peña o Andrés Manuel López, los detalles en los que difieren serán cruciales para nuestro futuro mediato. Vázquez ofrece más de la política fracasada del PAN. Peña es un represor y un priísta a la antigua: sin ideología, sin moral, sin el mínimo interés en los mexicanos. López ha perdido bonos, ya sea por demasiado radical o demasiado medroso. Pero no son iguales, ni gobernarían igual. ¿Qué hacer? ¿Anula y dejar que Dios, o el azar, o Televisa decidan al fin que todo vale madre pero al menos no legitimamos su circo? ¿Votar y hacer campaña a favor de alguno de los tres personajes y medio (cuánto a que Quadri se baja a favor de Peña antes de julio) porque a lo mejor sí cumplen y nos comienza a ir mejor? ¿No hacer nada y olvidar que existe la política y el gobierno? ¿Escapar a Islandia?
             ¡Estamos atrapados!

1. Si votar no sirve de nada, bajo la misma lógica anular tampoco.

2. Anular le quita legitimidad a la elección, pero los políticos en estos días no están muy preocupados por la legitimidad.

3. Votemos o no la partidocracia continuará alimentándose de nuestros impuestos.

4. Si votamos o anulamos pero gana Peña quedará comprobado que ahora Televisa es el único elector real.

5. Si votamos no toman en cuenta nuestro voto, si anulamos ayudamos a que el voto corporativo y el voto duro elijan al presidente.

              ¿Entonces?



            Respeto a quienes creen en la vía electoral, respeto a quienes invierten su tiempo y hasta su dinero en apoyar una opción (como ocurre con el Morena formado por López) porque consideran que la vía pacífica (y dentro de los cánones legales) es la única válida y civilizada, pero ¿es realmente la única opción? ¿Es la más efectiva? ¿Funcionará?
             Personalmente pienso votar por el que considero el menos peor por la sencilla razón de que no quiero a ninguno de los otros dos en Los Pinos el siguiente sexenio de mi vida. Pero el engaño es que votar sea la única forma de incidir en la forma de gobierno de nuestro país. Por eso considero estéril el debate en torno al voto nulo: anular es votar, es participar aunque sea para decir que no nos gusta participar. Quedarnos en eso resulta inútil, no nos ayuda en nada.
            Si obligáramos a los partiduchos políticos a trabajar para nosotros otro gallo nos cantara. Si obligáramos al gobierno a proteger los intereses de México y no los de Washington no tendríamos nada qué envidarle a los brasileños. Si obligáramos a los grandes empresarios a pagar impuestos, otorgar salarios y prestaciones dignos, respetar el llamado "medio ambiente", invertir el dinero en México y no llevárselo al extranjero, etcétera, viviríamos mejor. Con un simple voto no podríamos conseguir todo esto. ¿Cómo entonces? Joder, somos más de cien millones, si todos salimos a la calle y/o pacíficamente tomamos las oficinas de todos los gobiernos y/o realizamos una huelga general y total, los "de arriba" tendrían que ceder.
            Pero mientras no estemos conscientes de que el poder de la mayoría es el verdadero poder, y mientras no lo ejerzamos, sólo nos queda votar o no, aguantar la jeta de Peña en cada rincón posible, aceptar que Televisa es el dueño de México y apretarnos el cinturón y las ideas otros seis años y luego otros seis y otros seis y otros seis...





Cinco mitos acerca del voto nulo


Hemos vuelto al blog, después de abandonarlo descaradamente y encontrarlo como un lote baldío lleno de vagabundos y parias. No estábamos de vacaciones, sino todo lo contrario, ustedes saben, hay que perseguir la chuleta todos los días haciendo trabajos que no nos satisfacen tanto como escribir; pero al fin y al cabo, ya estamos en el campo de entrenamiento, que es como yo veo a este su H. H. blog. Retomemos pues, la columna terrorista.
En esta época en que de pronto los políticos por la magia de la televisión y el marketing se convierten en gente honesta y ejemplar, cuando nos han estado jodiendo desde el gobierno, a veces más de un sexenio; toda la clientela…, digo, los ciudadanos se preguntan qué van a hacer con su voto. En un país tragicómico (diría José Agustín), como es el nuestro, parece que los partidos no están buscando convencer a nadie (no porque no quieran, sino porque no tienen nada qué ofrecer), sino que los premien por la mejor campaña de propaganda basura.
Ante esta crisis de representatividad, aparece otra vez el fantasma del voto nulo, que es visto como amenaza, tanto por sectores de la izquierda como por grupos de derecha (los menos). ¿Por qué esta simple manifestación de inconformidad provoca tanta virulencia, sobre todo en las redes sociales? A continuación, una teoría.

Mito 1: El voto nulo no sirve de nada
Como si votar sirviera de algo, si no es para que los políticos de cualquier color se despachen con la cuchara del pozole a la hora de repartir el presupuesto. Voto nulo es igual a nada y hacer nada es ayudar a la derecha para que triunfe. Este silogismo que esgrimen, sobre todo, los chicos refor democráticos y políticamente correctos, no toma en cuenta a aquellas organizaciones que han decidido promover el voto nulo, pero que ya tienen un plan de acción al respecto. Organizaciones como el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, tienen su propia agenda y muchas de ellas llevan años defendiendo los derechos humanos y viendo como, reiteradamente, los gobiernos del PRI, PAN, PRD, Verdes, Panales, todos; son omisos y se hacen de la vista gorda ante desapariciones forzadas, tortura y otros crímenes de Estado, ¿es justo tacharlos de traidores porque promueven el voto nulo?, esas opiniones son tan infantiles como esos sectores, según ellos radicales, que promueven el voto nulo, pero que no tienen ningún plan de acción ni agenda pública, y sólo lo hacen porque, desde su perspectiva, están destruyendo al sistema.

Mito 2: El voto nulo beneficia a la derecha
Este punto va muy de la mano con el siguiente, y es que según los resultados de las elecciones pasadas, el voto nulo sólo representa una ínfima parte del total del padrón electoral (entre 3 y 4%), y la derecha, por lo menos en los últimos 3 años, siempre ha ganado de calle. Sin ir más lejos, en el Estado de México ganó con 39.29%, el voto nulo no hubiera influido en este resultado porque el PRD obtuvo el 15.78% del total de la votación; esos 3 ó 4 puntos de voto nulo (y eso, suponiendo que todos los anulistas son de izquierda, lo cual también es un mito), no los hubieran llevado a la gubernatura. El caso de la elección del 2006, se cuece aparte, porque el voto nulo no puede frenar un fraude electoral tan cocinado como el que se llevó a cabo ese año, con lo cual, devuelvo su pregunta a los demócratas de la izquierda electoral: ¿sirve de algo votar?

Mito 3: Sólo la izquierda anula su voto
Nada más falso, ¿por qué?, porque no sólo amplios sectores de la izquierda están hartos de la partidocracia, sino también un sector de los votantes tradicionales y de los indecisos. De esto se puede dar uno cuenta tan sólo platicando con las personas o interactuando un poco en las redes sociales. He conversado con gente que no votaría por Obrador, aunque los otros candidatos fueran los zombis de Victoriano Huerta y Porfirio Díaz. El electorado es más complejo, precisamente porque los seres humanos estamos hechos de matices, no de blancos y negros. Incluso he convencido a votantes del PAN y del PRI de anular su voto, lo cual no perjudica a la izquierda, y si tomamos en cuenta el mito anterior, tampoco la beneficia.

Mito 4: Los anulistas son tontos inútiles
Satanizar e insultar a los partidarios del voto nulo, no va hacer que ellos cambien de opinión, sino más bien va a refrendar su convicción de que los partidos no tienen argumentos para que voten por ellos. El voto nulo también es reflejo de la crisis de representatividad, credibilidad y gobernabilidad que contagia a todo el espectro político, y eso tiene que ver más con cómo han venido gobernando esa partidocracia enquistada en el presupuesto y con cómo ha dinamitado la viabilidad del Estado-nación y lo ha convertido en su negocio particular.

Mito 5: Votar es la única manera de cambiar las cosas
Eso es, precisamente, lo que nos quieren hacer creer: que no es posible hacer otra cosa más que votar y aceptar silenciosamente el resultado, los medios de comunicación, sobre todo, han introyectado en la gente la idea de que no es posible hacer nada más y que, pasadas las elecciones, todo mundo debe arremangarse la camisa, sacudirse las manos y trabajar para que el país salga adelante; no hay nada más qué decir ni nada más qué hacer. Como hemos podido constatar, los grandes cambios no se han dado gracias al Estado, sino a pesar de él. La revuelta en Egipto que sepultó el régimen de Mubarak no se logró votando, sino saliendo a las calles. Hasta que los ciudadanos no entiendan que ese es el verdadero motor de cambio, nos seguiremos equivocando en cada elección; y en cada elección, los políticos se seguirán riendo de nosotros en nuestra cara.

Posdata
Las encuestas se han convertido en un factor perverso de la elección, sobre todo porque tienen una doble función: desmoralizar al contrincante y generar la percepción de que hay una tendencia irreversible y aunque vayas a votar, no podrás cambiarla. Hay algo que pueden hacer los otros dos contrincantes para romper con esa lógica: que el PRD y el PAN le digan a sus votantes que se declaren indecisos cuando los encuesten. De esta manera, sólo quedarán tres columnas: Peña Nieto, Indecisos y Quadri, y como podrá verse, en esta nueva gráfica ganarán los indecisos de calle. Eso, si en verdad les preocupa lo que digan las encuestas que compró Peña Nieto, como GEA-ISA y Consulta Mitofsky.