11 marzo, 2014

Los ángeles son bulímicos



Yo no creo en la predestinación. Es muy arrogante (la arrogancia ha distinguido más a la especie humana que su conciencia o su inteligencia) creer que de alguna forma el "mundo" te tiene preparado un camino único y personal. 
Al "mundo", a san Random, le vales absoluta pirinola. 
Estoy convencido del fluctuar de la energía (otra forma de llamar al "mundo"), del subibaja eterno, de la acumulación, retención, absorción y repulsión energética que generamos/padecemos día a día y que se manifiesta en nuestras relaciones, en nuestra salud, en nuestra seguridad personal (oh viejo y preciado ego), en cada aspecto, en fin, de lo que somos en esta breve y poco explicable existencia: causa y efecto, un asunto tan sabido y real que causa un poco de pena mencionarlo. 
Pero de eso a la noción tradicional de destino hay mucho trecho. 
Si no creen de dios, ¿por qué en el destino? 
¿Necesitan aferrarse a supersticiones para sentir que hay algo "seguro" en esta gran explosión que llamamos Universo? 
Hay algo seguro: estamos vivos y después ya no lo estaremos. 
Es todo. 
Maduren, carajo, dejen de rezarle a entidades fantasmales, dejen de creer en las "cosas maravillosas" que nada más son engaños de la mente generados por la propia mente. 
El mundo, el Universo es impresionante por sí mismo, no hay necesidad de inventar mentiras llenas de oro cuando vivimos rodeados de joyas preciosas.