21 enero, 2015

Nunca dejaré de jugar


En defensa de lo indefendible



El té verde parece guarumo.


Adicto al té verde, pienso que mis uñas están demasiado limpias, que desde cuándo ha sido así, y miro por el borde de la cornisa circular a mujeres absortas en sus teléfonos móviles, y veo por la ventana el humo del progreso cubrir la ciudad, se me viene entonces a la cabeza un recuerdo lejano, de cuando tiré a la basura mi biberón y nunca más usé nada así hasta que llegaron el cigarro y la botella de cerveza; quiero estar aquí pero no quiero estar aquí, y sí, mi mujer está loca, locura lúcida y frenética de la que adoro cada fragmento, me sorprende que nadie más aprecie así la locura de tan bella chica que me quiere bien y a la vez tuerce el brazo, y me pregunto hasta qué punto yo motivo que me tuerza el brazo; el té verde deja un agradable sabor de boca, calienta por dentro y me embriaga con un frenesí translúcido; me corté el costado del dedo mayor de la mano izquierda con una lata de ostiones y la abertura no ha cerrado, puedo ver mi interior rojo/rosa y me duele un poco, casi nada, el dolor no me da miedo.



            Uno de los personajes favoritos del Bob Dylan joven, el Dylan que vale la pena, es el Joker. Lo escribo así en inglés, porque “comodín”, “guasón” o “bromista” no alcanzan el significado de la palabra. El Joker es el arquetipo de quien no toma nada en serio, sin embargo Dylan lo tuerce: “’There must be some way out of here’, said the Joker to the Thief, ‘There's too much confusion, I can't get no relief’”, y así el Joker se angustia mientras el Ladrón responde que aunque muchos tomen la vida como una broma, ellos han pasado por eso, y no se hable de más falsedades porque se hace tarde. Toda esta introducción bilingüal es para decir que la vida es tanto broma como cosa seria, puesto es lo único que existe. Lo único. Y por lo tanto puede ser lo que sea, lo que uno sea capaz de construir a pesar y con aquello que llamamos “mundo”, es decir, Todo Lo Demás Que No Soy Yo. No hay caminos, pues. O el único camino es el que labra uno mismo, como bien dijo Buda antes de que Judas le diera un beso y luego se largara a fundar monasterios y vaticanos en Lhasa. Claro, esto no es justificación para echar la hueva a la sombra de la inacción y llamarle a eso “mi camino” si uno tiene el potencial y/o la inteligencia para hacer más. Porque venimos a la vida con uñas débiles y olfato de cuarta, nos arrojan desnudos y lampiños a un universo voraz e indiferente.
Lhasa.
Por eso no utilizar los pocos talentos que nos tocaron en la lotería genética resulta insultante y contrario a lo que nos dice la voz interna, el Superyó al que le gustan las tarjetas amarillas y rojas. Esto no contradice el “hacer sin hacer” del taoísmo. No tomen literalmente las frases de libros antiguos y herméticos como el Tao Te King. Y tampoco crean lo que digo. Yo qué sé.

             
   Mi mujer está loca, lo dije antes en la nube de té verde, se siente más madura que yo, y cuestiona mi falta de interés en realizarme. Detesto/adoro que me restriegue algo que sé muy bien, y que a la vez no alcance a comprender lo que “realizarme” significa para mí. No me quiero enredar en explicajustificaciones. Por eso escribo. Escribir es pintar a los Seis Dragones desde dentro. 

Los Sies Dragones en Yu Gi Oh.
Nado en una sopa de quarks y hago burbujas con un popote (popotl) con las que trazo el rostro de mi amada, la de ojos que atraviesan acero, la de cejas recias y mejillas de doncella holandesa. Es mi compañera y aliada, mi jinete y mi montura, daría la vida por ella y no pido nada a cambio. A ustedes no les importa lo muy enamorado que esté, obvio, lo digo para establecer el marco de esta historia a la que aplauden los chapulines. La palabra grillo me recuerda a Cri Crí.

Chapultépec.
¿Para qué sigo en esto? No va a ningún sitio. Son sólo palabras enganchadas a otras como vagones de un tren sin locomotora.

Madura, cabrón.
Pero ya ni prendo mi seXbox.
Eso no es madurar, es únicamente tener menos tiempo para tirarlo por la borda.
Deja de hablar como si fueras la autoridad.
Tal vez no lo sea, pero me haces caso. Te chingas.

Li Bai/Li Po echando el coto.