13 mayo, 2012

Redes sociales vs. el Ministerio de la Verdad


Las redes sociales, especialmente Twitter, se han convertido en la punta de lanza de la sociedad mexicana no partidizada. Es cierto, los partidos políticos utilizan activistas —pagados y no—para promover a sus candidatos y atacar a los otros, pero la mayoría de quienes opinan sobre política son miembros de la llamada "sociedad civil" que postean con el único afán de expresar su opinión, de externar sus fobias, amores y odios. Por eso no es posible controlarlos. Además, son generalmente los más informados y los más críticos. No dejan pasar un solo error y pueden llegar incluso a la crueldad.
       El sector tradicional de los medios de comunicación, es decir periódicos, radio y televisión, viven una relación de amor-odio con Twitter y Facebook: mencionan constantemente los temas ahí vertidos, sirviendo como amplificadores de la red, pero a su vez los descalifican, condenan o incluso piden su desaparición.
            Cómo olvidar la diatriba de Loret de Mola contra Twitter cuando el famoso desliz de Peña Nieto en la FIL, en su artículo el simpático periodista de El Universal y Televisa acusó a los tuiteros de ser auspiciados por "fuerzas oscuras", simples esbirros pagados para denostar al impoluto candidato de sus amores. Los tuiteros respondieron con el hashtag #MeArrastroComoLoret. Hoy, Loret de Mola pide que el IFE fiscalice y regule Twitter.

            Por otro lado, Milenio, abiertamente peñanietista —calderonista en el pasado—, ha sido un constante y duro crítico de Twitter, hasta el grado de, como lo reseñó Mister Strange acá abajo, se pudo leer al siempre congruente y libre Aguilar Camín acusar los tuiteros de ser sembradores de odio pagados por López Obrador, o a Román Revueltas Retes, "luchador social del 68", en su columna Turbas de fascistas intolerantes en la "Ibero", afirmar que "¿es siquiera entendible, por no decir aceptable, que cuando un candidato de un partido político acude a una universidad sea recibido con gritos, justamente, de 'asesino' y que los estudiantes, como si tuvieran enfrente a un auténtico sátrapa, le espeten '¡fuera, fuera!' para que no pueda siquiera exponer sus ideas frente a un auditorio?", para luego añadir que esta situación "ha sido deliberadamente promovida por un candidato que, sin prueba alguna de que se hubiera perpetrado un fraude electoral, se dedicó a descalificar a nuestras instituciones sembrando, ahí, un descontento personal entre sus seguidores que justificaría las más extremas expresiones de repudio, desdeño, encono, intolerancia, sectarismo e intransigencia". O sea, lo mismo que Loret de Mola: Twitter es un "territorio comanche" del odio promovido por López Obrador, como si los tuiteros y los estudiantes de la Ibero fueran borregos alquilados que niegan la hermosa realidad pregonada por la televisión y los medios oficialistas, borregos zombis que pretenden frenar el avance democrático de nuestro país y que merecen ser investigados, regulados y sancionados.
            A esto podemos sumarle la respuesta visceral, como de bravucón de barrio, del presidente del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, quien mientras Peña Nieto se refugiaba en el baño de la turba iracunda de iberitas que lo perseguían con gritos de "asesino", declaró que “hubo grupos que, quiero pensar que no son representativos de la Ibero, que incurrieron en faltas de urbanidad, faltas de respeto”, pidió que las autoridades de la universidad investigaran al respecto y se sorprendió de que cuestionaran al "candidato puntero" que ellos mismos habían invitado.
            No importa si los múltiples videos en YouTube muestran cómo ocurrió el "incidente Ibero", no importa si el rector de esa universidad salió en defensa de los estudiantes negando que hubiera infiltrados, no importa que #MeEscondoEnElBañoComoEPN se volviera Trending Topic mundial: en la tele no se dijo nada de esto, en la tele Peña Nieto nunca tropezó.
            Como cereza en el pastel, al día siguiente del incidente los periódicos de Mario Vázquez Raña, pilar del deporte nacional, los electrodomésticos y el periodismo libre, publicaron el mismo encabezado: "Éxito de Peña en la Ibero pese a intento orquestado de boicot". Los tuiteros y feisbuqueros, ofendidísimos, lo tomaron personal. Se han dado cuenta, muchos de ellos, que están luchando contra el sistema propagandístico del Estado, no simplemente contra un candidato o un partido. Las redes sociales contra el Ministerio de la Verdad.
            Esto ha empujado la contienda electoral a un nuevo escenario: lo importante es que no gane Peña Nieto, no importa si López Obrador es la solución a los males del país o si Vázquez Mota ya averiguó por qué Calderón no la apoya, lo único relevante es que las redes ya decidieron —mejor dicho: la mayoría de sus integrantes, y esa decisión es contra el "nuevo PRI", el mismo que presume modernidad, tolerancia y sensibilidad pero que cuando es confrontado responde con virulencia y una inocultable nostalgia por los tiempos de control absoluto en el que los estudiantes incómodos eran simplemente desaparecidos.
            ¿Pesarán lo suficiente las redes sociales en la elección? ¿Podrán inclinar la balanza? ¿Si gana el PRI se vengará intentando regular Internet, específicamente Twitter? ¿La televisión saldrá victoriosa y se convertirá en el Gran Elector? ¿Loret de Mola cumplirá la fantasía húmeda de ver a Peña Nieto presidente? ¿Federico Arreola regresará a Milenio y será recibido con los brazos abiertos? ¿Twitter será declarado un "peligro para México"?

           

La ruleta sigue girando. El 1 de julio lo sabremos.




2 comentarios:

  1. Son las mismas preguntas que me he hecho. Las redes sociales realmente han hecho de nuevo algo que se ha perdido, ver las cosas de una manera crítica y sin manipular como lo ha hecho la televisión. Al estar abiertos a tan diversos puntos de vista y de opinión, se puede enriquecer el de uno y dejar de seguir a la borregada. Y lo que ha ocurrido es algo que o no se había antes visto o se mantenía oculto o nos distraían con otras cosas. ¿Que hubiera pasado en el 68 si hubiera habido redes sociales y youtube? Esperemos que estas herramientas lleguen a servir para ir impulsando mas y más algo que realmente hace falta en este país, conciencia social.

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  2. Las redes sociales pesarán en la política mexicana cuando el 100% de la población tenga acceso al internet y se hagan escuchar;antes de eso solo unos cuantos privilegiados será capaces de conocer la oscura verdad de esta "carrera política",llena de mentiras,corrupción,y de borregos cibernéticos manipulando las Redes sociales.....

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Pipicacamoco.