07 diciembre, 2011

Godzilla ama a Godzuki en un Tokio en llamas



Godzilla destruyendo Tokio y tú gimiendo mientras te penetro con fuerza para demostrar que tú eres la puta y yo el amo. 
Te amo cursimente, canciones fresas tocadas por ángeles barrigones nos acompañan a cada paso; tomo tu mano y beso tus labios de algodón de azúcar y rocío antártico.
Te desprecio, eres una estúpida con la cultura de una pata de mesa, jamás podrás saber por qué estos mis ojos se iluminan con reflejos de nácar cuando veo lo que tú no puedes ver. 
Te deseo tanto que me toco a mí mismo cuando no estás. 
Puta y princesa, idiota y sabia. 
Me das lo que necesito mientras yo le miro el culo a la vecina e imagino que ese culo es tuyo y por lo tanto es mío y lo penetro hasta el hartazgo.
Luego podemos comer rebanadas de melón y hablar de remedios para la cruda y decidir entre tacos de canasta y tortas de queso, jamón y piña. 
La vida no se detiene aunque la inmovilidad es perenne. 
La vida es la misma cada día a pesar del frenesí de los insectos y la bolsa de valores. 
Este mundo, esta Tierra está hecha para los valientes y los ambiciosos, para los de talento y los con suerte. Y nada más. 
Por eso me refugio en tu sonrisa.
Por eso no te dejo entrar a mi torre de piroxilina y coral.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Pipicacamoco.