17 diciembre, 2011

Philip K. Dick, el Maestro del Caos



Admito que no tenía la menor intención de escribir nada hoy, pero no podemos dejar pasar el cumpleaños de uno de los escritores que más ha influenciado a los autores de este H. H. blog: Philip K. Dick. Conocí al buen Dick cuando iba en la prepa, tenía un tío que tenía en su biblioteca personal un montón de libros de ciencia ficción de la editorial Martínez Roca y de Bruguera. Entre las curiosidades que había en esos anaqueles, estaba Aquí yace el Wub. Recuerdo muy bien que en la portada estaba un dibujo de Felipe K. sentado en un sillón escuchando una radio de transistores. En él, había una buena selección de cuentos, entre los que se incluía “Roog”, uno de los primeros cuentos de ciencia ficción que publicó (y por el que le pagaron una mierda, según sé); “La Paga” (cuento que inspiró una película que, a pesar de que sale Ben Affleck, está palomera y puede verse), “La nave humana”, “El hombre variable” y “La pequeña rebelión”. Una vez que uno entra en los universos dickinianos, es imposible salir. Es como quedar atrapado en el sueño preprogramado de Ubik: invariablemente regresarás a Philip K. Dick, no importa cuánto intentes alejarte de él, un libro suyo que no has leído llegará a tus manos, y quienes somos asiduos feligreses de su culto, tenemos una lista de todos sus libros que vamos tachando, en espera del día en que los hayamos leído todos.

Para bien o para mal, el buen Philip, ya es un referente para la ciencia ficción mundial, un género infravalorado por las mafias de la alta cultura que escriben los libros pretenciosos que serán lectura obligatoria para los niños del mañana. El culto dickiano crece exponencialmente como un virus zombi, y en los siguientes años, apunta a convertirse, tal y como pasó con Ray Bradbury, en un clásico; no es casual que Michel Gondry esté considerando llevar al cine Ubik, una novela laberíntica y giratoria.

Philip K. Dick fue un iluminado a su manera, aunque su visión sobre el futuro era bastante pesimista, producto quizás de la época histórica que le tocó vivir: la Guerra Fría y el auge del consumo y la publicidad. En “Foster está muerto”, fusiona ambos temores: el peligro de morir en una guerra nuclear y el consumo desmedido basado en los sueños aspiracionales de la clase media estadounidense. Feliz cumpleaños a nuestro maestro y mentor, en cualquier planeta donde se encuentre.

En cuanto a su vida privada, sus experiencias psicóticas, sus cinco esposas, etcétera; son harina de otro costal y cuando me sienta con la autoridad moral para hablar de ello, lo haré en su momento. Mientras tanto, quédense con este documental que sacó la BBC, muy al estilo de Ubik.












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