¿En serio lo crees, viejo amigo?
Ella amaba mis palabras y mi dinero, mi manera de hacerle el amor y la música que compartíamos, pero no me amaba a mí.
Amarme a mí es peligroso.
Soy dulce veneno, insospechada tortura, grandeza adormilada y potente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Pipicacamoco.